Es ideal que las tareas se realicen un horario más o menos fijo y regular que garantice la continuidad, pero no excesivamente rígido.
Alentar a las niñas y a los niños que hagan pausas y descansos según la carga de trabajo.
Los docentes todavía le estamos tomando la mano a estas cuestiones y es posible que en un primer momento algunos hayamos propuesto demasiadas tareas.
Si es así, por supuesto que siempre se puede conversar con el docente: es importante hacer devoluciones a los maestros y maestras de las experiencias transitadas en casa.
El horario fijo permite también que los adultos puedan acompañar a los más chicos sin inconvenientes dado que su disponibilidad también tiene sus límites. Establecer un tiempo delimitado es lo mejor para combinar el tiempo de los grandes y de los chicos.
Si se coordina esta cuestión con los compañeros y compañeras de grado, se pueden realizar intercambios, consultas y preguntas en el grupo y enriquecer el momento. Uno de los objetivos del trabajo virtual es romper la soledad del estudiante.
Lejos de la idea de autoaprendizaje individual, las familias debemos ayudar para que los niños y niñas hagan consultas, trabajen en grupos virtuales.
Promover que los y las estudiantes no corten el vínculo con el docente y promover el intercambio con los compañeros
Además, un tiempo limitado ayuda a los niños y niñas a planificar sus tareas: qué hacer primero, cuánto dedicarle a cada cosa, una cuestión fundamental para aprender a aprender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario